domingo, septiembre 24, 2006


“Chile limita al centro de la injusticia”.

El triunfo de la socialista Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales, más allá de constituir un momento de alegría y esperanza en lo inmediato, deberá responder a las cuestiones sociales urgentes, tornando difícil la posibilidad de una transformación profunda en el mediano plazo cuando los gobiernos de la Concertación, con su irracional adhesión al neoliberalismo, plantaron varias bombas de tiempo que, probablemente, estallen en su mandato.
- Deberá revertir la gran brecha de la desigualdad que afecta a nuestro país que lo ha transformado en una de las sociedades más injustas de América latina, con índices que sólo exhiben los países más atrasados de la región. Siendo por lo tanto lo más urgente Redistribuir los Ingresos, la Creación de empleos y garantizar una Educación de Calidad .
- Satisfacer los reclamos de los pueblos originarios en sus luchas contra las trasnacionales, alentar la organización de los sectores populares, enjuiciar a los responsables de gravísimos atentados a los derechos humanos y reformar el régimen político, todavía con la herencia del pinochetismo. En cuanto a su política internacional deberá garantizar, con el activo involucramiento de la ONU, un arreglo diplomático que le otorgue la salida al mar a Bolivia y desarrollar acuerdos comerciales con nuestros países hermanos.
Pero deseo referirme específicamente a la Educación tomando como base los vergonzosos resultados obtenidos en la P.S.U. (no haré mención a datos estadísticos que son conocidos por todos y no son relevantes en esta oportunidad) .
La desigualdad que presenta nuestro país debemos enfrentarla realizando la siguiente relación: La productividad de un trabajador se explica en forma importante por su nivel de educación. Por lo tanto, podemos concluir al igual que los “expertos” que este es un problema País y como tal debe ser resuelto; dando educación de mayor calidad a la población las personas van a ser más productivas, y si es que son más productivas van a tener mayores niveles de ingreso, y si esto es así, también van a tener mayores niveles de bienestar. Qué simple ¿verdad?.
El problema que tenemos hoy en nuestro país es que esa educación de calidad no está disponible para todos. La educación de calidad está disponible solamente para aquellas personas que pueden pagarla y, por lo tanto, eso constituye una pérdida de eficiencia para nuestra sociedad. Pero si Ud. se está realizando en estos momentos la pregunta si existe una solución significativa en el corto plazo para mejorar los niveles de desigualdad que exhibe nuestro país, mi respuesta es que no existe y si alguien cree que sí, en mi opinión, lamentablemente está equivocado.
Déjenme explicar por qué: nosotros vivimos en un país donde todos los días se nos recuerda que vivimos bajo una economía social de mercado. La palabra clave en una economía social de mercado es competencia. Las empresas compiten por mercados, nosotros competimos por mejores puestos de trabajo, los consumidores compiten por distintos bienes. Y curiosamente, en el terreno de la educación, una parte importante de la población está excluida de competir. ¿Y qué significa eso? Significa ineficiencia económica. Significa pérdidas de talentos. Si no hay educación de calidad para todos, estamos perdiendo ingenieros, artistas, técnicos... Estamos perdiendo talentos, estamos perdiendo a nuestra juventud que tiene el Derecho a recibir una Educación de Calidad.
Como en Chile esta desigualdad de acceso es enorme, podemos decir que desde una perspectiva económica estamos frente a una competencia desleal. Sabemos, por estudios internacionales, que la inteligencia se distribuye de manera heterogénea en la población. Hay iguales probabilidades de encontrar un niño inteligente en sectores de altos ingresos como así también en estratos sociales deprimidos social y económicamente. Con igual probabilidad encuentro a una mujer inteligente y a un hombre inteligente. La inteligencia se distribuye de manera heterogénea por nivel socioeconómico, por género y por etnia; sin embargo, en nuestro país el acceso a la educación de calidad es desigual.
Un estudio liderado por el economista Dante Contreras, Director de la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, reveló que sólo la educación superior, sea técnica o universitaria, permite salir de la pobreza. El cuarto medio no basta. Estas conclusiones son muy interesante, porque antes no estaba documentado. Este estudio dice que aquellas personas que han tenido educación técnico-profesional son menos vulnerables a volver a caer en pobreza y es más probable que salgan definitivamente.
Habiendo acceso a una educación de calidad de seguro la distribución del ingreso no cambiaría en el corto plazo. Pero sí cambiaría en el largo plazo. Para esto es fundamental dar oportunidades para que todas las familias tengan acceso a una educación que sea competitiva para sus hijos. Esa educación de calidad debiera llevar también a cambiar la productividad de la población. Y eso va a tener impactos positivos sobre los niveles de ingreso y la distribución de ingresos, va a tener efectos positivos sobre eficiencia y crecimiento y, por último, va a tener efectos positivos sobre el desarrollo de nuestro país.