jueves, julio 19, 2007


7 BELLEZAS Y UNA ESTUPIDEZ COLECTIVA



Bien hizo la UNESCO en distanciarse oficialmente de la payasada de elegir por “voto popular” las nuevas siete maravillas del mundo; sin criterios científicos, ni arqueológicos, ni históricos. En las condiciones establecidas por un aventurero suizo, no podía sino imponerse la improvisación y el mal gusto.

La UNESCO lleva varias décadas otorgando el título de Patrimonio de la Humanidad a los sitios culturales e históricos más representativos de nuestro planeta. Cada propuesta presentada por los países, es analizada durante el tiempo necesario por comités científicos que finalmente deciden si la propuesta amerita o no ser incorporada al Patrimonio de la Humanidad. De ese modo, son varios centenares de lugares en nuestro pequeño pero diverso planeta, los que ostentan esa calificación. Se puede ver la lista completa aquí: http://tinyurl.com/ywah2s


El suizo que organizó la empresa comercial “Las 7 nuevas maravillas”, quiso involucrar a la UNESCO en ese desfile de modas, pero la organización especializada en la educación, la ciencia y la cultura se desmarcó claramente “frente al riesgo de que se produzca una confusión perjudicial”. “No existe –subrayó el comunicado de la UNESCO- ningún punto de comparación entre la iniciativa mediática del señor Weber y la labor científica y educativa que resulta de la inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial”.


Las antiguas “7 maravillas del mundo”, según se sabe o se cree, fueron seleccionadas por Heródoto –el “padre de la historiografía” y gran geógrafo- que cargó las tintas sobre lo que para él era lo mejor del mundo de entonces. Incluyó en su lista el Faro de Alejandría, el Coloso de Rodas, los Jardines Colgantes de Babilonia, la Estatua de Zeus, el Templo de Artemisa, el Mausoleo de Halicarnaso (lugar de nacimiento de Heródoto, hoy Turquía) y las Pirámides de Giza, que son las únicas que se mantienen en pie todavía. En esa época, casi 500 años antes de Cristo, Heródoto no podía conocer todo lo que había en el resto del mundo.

En fin, por donde se mire, un fiasco cultural convertido en un éxito comercial. Este mundo es hermoso, y no necesita de estos concursos de belleza con implantes de silicona.

Por Visiones Alternativas