domingo, septiembre 24, 2006

Los micromedios ¿son la solución?

Las nuevas tecnologías de la comunicación multiplican de manera exponencial la masa de informaciones disponibles. Esto es fascinante e inquietante a la vez. Fascinante porque existen, al alcance de la mano, transformaciones muy positivas en materia de educación y de formación. Inquietante, porque todo esto dibuja un mundo sobre el que sobrevuelan subestimadas amenazas de deshumanización y manipulación.El material noticioso de los diarios presenta una uniformidad de criterios y discursos que aparecerá impresa temprano por la mañana y proseguirá en la tarde con los vespertinos.

La necesidad de una amplia gama de medios escritos que genere una revitalización cultural a través del debate de ideas está olvidada. Lo que se palpa, en cambio, es la monopolización de la prensa escrita.

Mientras la noche cobija a los monopolios informativos en su producción ideológica, otros seres anónimos, en alguna casa, plaza o shopería se reúnen para trazar los contenidos de la próxima publicación independiente, aquella que ve la luz gracias a la tenacidad de sus gestores y reconoce en la incertidumbre al aliado que alimenta cada paso, cada letra, cada número de los cientos de revistas, murales, boletines - o como se les llame – que pululan en el país. Son los micromedios que se utilizan para realizar un trabajo con comunidades ( del tipo que sea, colegios, en el barrio, en un partido político, etc.) en donde no se requiere llegar a grandes masas de público que es lo que hacen los medios más tradicionales como la gran prensa, la televisión, la radio.
Los micromedios repiten un poco las características de los medios masivos, incluso en la forma como estructuran la información, pero el contenido y también el tratamiento que se da a la información es diferente. Sus temas tocan aspectos referidos a lo cotidiano, a lo cercano, a las necesidades de un grupo específico. Sus informaciones hablan de temas de la realidad inmediata especialmente, aunque no dejan de tocar aspectos mas de carácter nacional e incluso internacional.

El último corchete se adhiere a la fotocopia impresa, el micromedio está listo…..Investigar, escribir, generar dinero, compaginar, diagramar, distribuir, es la dinámica que se desarrolla al interior de los micromedios. La independencia tiene sus costos y uno es el problema del financiamiento. Los materiales escasean, muchas veces no se accede a la tecnología, y hay que juntar la plata para la próxima publicación. Los retornos económicos son una incógnita, se privilegia el entregar más que recuperar el costo del número. Hay ejemplares en papel kraft, en hojas roneo, carta y couché. Algunos son fotocopiados, otros salen de algún mimeógrafo y unos pocos ven la luz en una imprenta amiga.

En los micromedios no hay espacio para el protagonismo ególatra ni para la consagración social como conductores de la contracultura. La apuesta siempre se enmarcará dentro de la difusión y recomposición del tejido social desde distintas sensibilidades.

Los micromedios encarnan la lucha de una sociedad fragmentada, que se resiste a entrar al juego del statu quo. La esencia de una juventud que pasó de la dictadura al simulacro de un sistema democrático ha terminado por conformar una masa diversa con discursos y temáticas que necesitan expresarse para ir conformando un proceso histórico en el cual sean protagonistas desde la acción directa y el hecho palpable.

A través de códigos propios, proponen una nueva lectura de la realidad. Se pasean por la política, la ecología, la sociedad de consumo, el militarismo, la pobreza, la educación, la cultura, el rescate de las raíces y un sinfín de sueños. Con una perspectiva crítica, audaz e irreverente, captan la atención a primera vista.

Cada pequeño universo, cada sensibilidad desmembrada encuentra su espacio para salir a la calle y así terminar con la idea de que todo anda bien y nada pasa por estos lugares. A través de la poesía, cuentos, ensayos, crónicas, ideas o simplemente voladas, se remece una conciencia dormida, sedienta de buenas nuevas, que la industria cultural no está dispuesta a entregar.

Todas han conformado un espacio creativo, donde nuevas plumas salpican de tinta espesa la hoja blancucha que no espera galardones ni tampoco la atención de algún crítico de alcurnia. Son los pasos de una juventud que deja su testimonio, como aporte para la reconstrucción de una sociedad erosionada tras la expulsión arbitraria de la vida cotidiana y los sueños posibles.

Los micromedios son la estocada que no es posible encarcelar ni omitir. Sus textos y su origen llevan remitente y el membrete terco de morir para vivir, de entregar para crear, de luchar para despertar.