miércoles, enero 17, 2007





ABORTO Y PILDORA: PROBLEMAS REALES

Se estiman en 150 mil al año los abortos en el país, resultando imposible determinar su número debido a que muchos se efectúan en la clandestinidad o son ocultados, con mayor posibilidad de éxito en los círculos acomodados que recurren a atención especializada, de alto costo y segura.


El común denominador es que, ante el embarazo no deseado, se aborta si o si. La “píldora del día después” es posible que contribuya a evitar muchas muertes de madres antes del embarazo, también sin relación con principio alguno, simplemente llevada quien la ingiere por su resolución irrevocable de evitar la concepción. La sociedad ya ha aceptado los métodos anticonceptivos que se distribuyen en todas las farmacias y se entregan o implantan gratuitamente en los consultorios.
Queda a la elección de la usuaria su empleo sin que nadie reclame por tratarse de evitar la procreación, ni principios morales o religiosos lo impidan.Debemos aceptar que las circunstancias han cambiado en los últimos 30 años y que la mujer ha dejado de ser pasiva y hace valer sus derechos en todos los ámbitos, lo que ha influido en forma determinante en la toma de sus decisiones sin esperar el consentimiento de nadie, ni padres, ni cónyuge.
En el plano más íntimo y personal, también, de modo que si decide evitar la concepción ingiriendo la “píldora del día después” lo hará, ya que su voluntad inquebrantable es la de no convertirse en madre, evitando de paso un eventual aborto, porque la voluntad está tomada y no depende de nada, aunque ponga en peligro su vida.A contrario sensu, tenemos noticias de múltiples mujeres que en la historia o en la tradición han llevado su espíritu maternal a límites heroicos.
Que han cubierto a sus hijos con sus cuerpos en terroríficas circunstancias o que los han amamantado hasta el último suspiro y más allá. Nada ha podido impedir que conciban, que den a luz y que defiendan a sus hijos, con una determinación inigualable, imposible de imaginar para quienes no estamos en su situación y superior a cualquier otro instinto o sentimiento humano. Debemos entender que con la misma determinación, llegado el caso, evitará ser madre. Nada la detendrá en una ni en otra circunstancia, siendo posible que en esa característica única de la mujer radique precisamente la evolución que ha experimentado hasta llegar, luego de siglos, al status que hoy ostenta en el mundo.
La mujer, libre en mente y cuerpo frente a su papel de madre, puede lograr cualquier meta. Lo que en estos días se observa no es más que el principio. Debemos entender que con la píldora y con el aborto no se está evitando el nacimiento de un hijo. Con la negativa a dar solución al problema real lo que se hace es matar a la madre o se la obliga a la tortura psicológica de un embarazo no deseado o traumático o a sufrir condena de por vida, ella y el hijo, porque será la madre la que lo deberá criar y sostener. Por Leonardo Aravena Arredondo.

El autor es Profesor de Derecho, Universidad CentralCoordinador de Justicia Internacional y CPI AMNISTÍA INTERNACIONAL - CHILE. Colaborador permanente de Crónica Digital.Santiago de chile, 17 de enero 2007Crónica Digital