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Pescadores protestan en las puertas de Licancel
Una protesta calificada como pacífica, llevó a cabo un grupo de unos 80 pescadores artesanales de la caleta de Duao, en las puertas de acceso de la planta celuosa Licancel, durante gran parte de la jornada de ayer miércoles.
Los motivos tienen que ver con llamar la atención de la cuestionada empresa, y exigir que se les indemnice por el daño provocado a su única fuente laboral, como es la pesca artesanal y por el daño de imagen provocado al comercio de la costa curicana en general.
RESPONSABILIDAD CRIMINAL
Los manifestantes se hicieron acompañar por el abogado Efraín Tapia, quien defiende los intereses de 230 pescadores de las caletas de Llico, la Trinchera y Duao.
El profesional explicó que lo que se persigue es la responsabilidad criminal, determinar bien qué fue lo que ocurrió y evaluar los daños. Agregó, que se encargaron estudios a expertos para determinar el monto del daño económico de las comunidades costeras afectadas por el derrame de químicos al Mataquito.
Mas adelante, el abogado que defiende a los pescadores artesanales, denunció que la empresa de celulosa nuevamente tiende a reducir al máximo el número de los afectados, luego que el gerente corporativo, Charles Kimbel, señalara que los pescadores protestantes no representan a los sindicados con los cuales se han instalado mesa de conversaciones.
AJENO A LA REALIDAD
“Los pescadores van donde hay recursos y el río Mataquito es el que da cuenta de la riqueza del sector costero de la Séptima Región. Por lo tanto, lo que dice el gerente de la planta celulosa Licancel, que son sólo 40 personas las afectadas, está totalmente ajeno a la realidad”. Agregó el abogado Efraín Tapia que éstas son comunidades de pescadores que hoy están viviendo una situación de catástrofe y que requieren de ayuda.
Por el momento, estos 230 pescadores que participaron de esta manifestación en el acceso de Licancel, lo hicieron solamente cargando lienzos y carteles, aunque amenazaron con volver para bloquear la ruta, y encender neumáticos si no son escuchados en sus peticiones.
En el lugar se mantuvo una discreta vigilancia de carabineros de la Segunda Comisaría de Licantén, y no hubo alteración del orden público.
Los motivos tienen que ver con llamar la atención de la cuestionada empresa, y exigir que se les indemnice por el daño provocado a su única fuente laboral, como es la pesca artesanal y por el daño de imagen provocado al comercio de la costa curicana en general.
RESPONSABILIDAD CRIMINAL
Los manifestantes se hicieron acompañar por el abogado Efraín Tapia, quien defiende los intereses de 230 pescadores de las caletas de Llico, la Trinchera y Duao.
El profesional explicó que lo que se persigue es la responsabilidad criminal, determinar bien qué fue lo que ocurrió y evaluar los daños. Agregó, que se encargaron estudios a expertos para determinar el monto del daño económico de las comunidades costeras afectadas por el derrame de químicos al Mataquito.
Mas adelante, el abogado que defiende a los pescadores artesanales, denunció que la empresa de celulosa nuevamente tiende a reducir al máximo el número de los afectados, luego que el gerente corporativo, Charles Kimbel, señalara que los pescadores protestantes no representan a los sindicados con los cuales se han instalado mesa de conversaciones.
AJENO A LA REALIDAD
“Los pescadores van donde hay recursos y el río Mataquito es el que da cuenta de la riqueza del sector costero de la Séptima Región. Por lo tanto, lo que dice el gerente de la planta celulosa Licancel, que son sólo 40 personas las afectadas, está totalmente ajeno a la realidad”. Agregó el abogado Efraín Tapia que éstas son comunidades de pescadores que hoy están viviendo una situación de catástrofe y que requieren de ayuda.
Por el momento, estos 230 pescadores que participaron de esta manifestación en el acceso de Licancel, lo hicieron solamente cargando lienzos y carteles, aunque amenazaron con volver para bloquear la ruta, y encender neumáticos si no son escuchados en sus peticiones.
En el lugar se mantuvo una discreta vigilancia de carabineros de la Segunda Comisaría de Licantén, y no hubo alteración del orden público.
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