lunes, febrero 05, 2007

EL OTRO IMPACTO DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
Maravillas del mundo que se desvanecen

Los gorilas de montaña, África

Estos gigantes tímidos (los machos pesan 160 kgs.) ya se encuentran altamente en peligro gracias a la caza furtiva, las enfermedades y la destrucción de sus habitats selváticos. Quedan sólo 700 gorilas de montaña en la Tierra, con pequeñas poblaciones en el Parque Nacional Bwindi en Uganda y en las montañas Virunga en Ruanda. Las cantidades de turistas que visitan a los gorilas son estrictamente controladas, pero brindan un valioso ingreso a la economía local. Las cifras de población son actualmente estables, pero el persistente aumento de las temperaturas mundiales podría pronto perturbar este delicado balance: los gorilas se encuentran ahora atrapados en unas pocas regiones montañosas y sus ecosistemas de altura están agrietándose peligrosamente.

Migración de animales salvajes, África oriental.

Uno de los espectáculos más grandes del mundo, la migración de más de un millón de animales salvajes a través de las planicies del África en busca de pastizales frescos, se ha convertido en una atracción mayor para los turistas de safaris. Todos los años, los visitantes se reúnen a observar a estas grandes criaturas que fluyen por Kenia y Tanzania como un gran río negro. Pero los científicos advierten que la incertidumbre climática amenaza ahora con convertir las praderas por las que circulan en un desierto. El calentamiento global, combinado con la explotación agrícola intensiva, que está agotando los suministros de agua, ha generado una grave sequía en el África del este, la que ya ha matado a medio millón de animales salvajes. Si empeora, podría destruir a toda la población de la región.
















Los osos polares, Canadá.
En cada octubre y noviembre, la remota ciudad de Churchill, en Canadá, se transforma en la capital mundial del oso polar. Hasta 1.200 osos se reúnen en la tundra helada, esperando que el mar se congele en la bahía Hudson y poder así salir a cazar focas. La ciudad se ha convertido en un imán para los turistas que se aventuran por la tundra en vehículos especiales en busca de los carnívoros más grandes del mundo. Sin embargo, el futuro de estas criaturas hermosas y aterrorizantes está en entredicho. El Ártico está sintiendo el impacto del calentamiento global más que cualquier otro lugar de la Tierra y los terrenos de caza y rutas migratorias de los osos se están derritiendo, obligándolos a nadar docenas de kilómetros en búsqueda de terreno sólido. La mayoría de los expertos dicen que sólo quedarán pocos (o ningún) oso polar en 2030.

Mariposas monarcas, México

Estas hermosas mariposas naranjas y negras, del tamaño de una mano humana, se congregan en números de hasta 250 millones en un área montañosa de bosques de pinos del centro de México, durante diciembre y marzo, tras viajar desde el noreste de Estados Unidos y Canadá: una de las vistas naturales más espectaculares del mundo. En 1986, el gobierno mexicano declaró a la región de la provincia de Michoacán una reserva de la biosfera. Pero la deforestación, tormentas cada vez peores provocadas por el calentamiento global y otras variables climáticas, amenazan ahora su travesía. Hace dos inviernos, la población estaba en un nivel más bajo que nunca. “Si hubiera una gran helada en México, una primavera fría en Texas y un mal verano de cría, no sabemos qué podríamos hacer”, dice el experto Lincoln Brower.

















Parque Nacional de los Glaciares, Estados Unidos.

Enclavado en el noroeste de Montana, cerca de la frontera con Canadá, este remoto y hermoso cordón de montañas (llamado “la columna vertebral del mundo” por los Pies Negros) es uno de los mejores reductos silvestres de Estados Unidos. Alguna vez estuvo cubierto por hielo y nieve; entonces, el calentamiento global se hizo presente y el número de glaciares cayó de 150 (en 1850) a 27. Y para 2030, dicen los expertos, no quedará glaciar alguno.


El arrecife de coral del Caribe.

El calentamiento global no es el único efecto colateral de los mayores niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. Crecientes cantidades del gas se disuelven en el mar, haciéndolo todavía más ácido. Además, el cambio climático está provocando con mayor frecuencia tormentas extremas, especialmente en el Caribe de devastadores huracanes. Todo esto es una mala noticia para el arrecife mesoamericano, la segunda barrera coralífera más grande del mundo, que se extiende desde la costa del sur de México, pasando por Belice y hasta Honduras, y que sufre ahora una triple amenaza ambiental. Las aguas más cálidas perturban el crecimiento del coral; el agua ácida afecta las capacidades del coral para secretar nuevos esqueletos; los huracanes los rompen. Organizaciones como Worldwide Fund for Nature advierten que el arrecife (hogar de miles de especies marinas) se enfrenta a la desaparición en el futuro cercano. La Great Barrier Reef de Australia probablemente la siga no mucho después.